lunes, 7 de junio de 2010

La caída "oficial" del Imperio Romano de Occidente

El año 476 los mercenarios bárbaros asentados en el norte de Italia se rebelaron contra el imperio romano, proclamaron rey a su caudillo, Odoacro, y marcharon sobre Rávena.

Allí depusieron al emperador niño Rómulo y dieron muerte a los principales miembros de su corte. En Roma, se persuadió al Senado, que se había transformado en una cámara representativa de los terratenientes más ricos de Italia, para que enviara las insignias de la dignidad imperial de Occidente a Constantinopla y reconociera al rey bárbaro como representante del emperador en la península itálica.

Tanto para los cronistas orientales como occidentales, estos acontecimientos representaron "el fin del imperio romano de Occidente". Muchos historiadores modernos han adoptado ese mismo criterio. La significación simbólica del episodio está fuera de duda: a partir de aquel momento, los emperadores de una Constantinopla que hablaba griego se convirtieron en los únicos herederos legítimos de Augusto y Constantino. Durante algo más de tres siglos nadie compartió el título con ellos. La Romanía occidental se transformó en un mosaico de reinos independientes con una clase dominante de origen germánico, una cultura polarizada por la Iglesia y moldes administrativos y económicos significativamente diferentes. No obstante, este proceso llevaba ya muchos decenios en curso y en él sólo influyeron de manera marginal los acontecimientos de Italia.

Fuente:
http://www.arteguias.com/imperioromano.htm

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