lunes, 7 de junio de 2010

El Imperio romano fue una etapa de la civilización romana en la Antigüedad clásica caracterizada por una forma de gobierno autocrática. El nacimiento del imperio viene precedido por la expansión de su capital, Roma, que extendió su control en torno al Mar Mediterráneo. Bajo la etapa imperial los dominios de Roma siguieron aumentando, llegando a su máxima extensión durante el reinado de Trajano, abarcando desde el Océano Atlántico al oeste hasta las orillas del Mar Negro, el Mar Rojo y el Golfo Pérsico al este, y desde el desierto del Sahara al sur hasta las tierras boscosas a orillas de los ríos Rin y Danubio y la frontera con Caledonia al norte. Su superficie máxima estimada sería de unos 6,14 millones de km².

El término es la traducción de la expresión latina Imperium Romanum, que no significa otra cosa que el dominio de Roma sobre dicho territorio. Polibio fue uno de los primeros cronistas en documentar la expansión de Roma aún como República. Durante casi tres siglos antes de César Augusto, Roma había adquirido numerosos dominios en forma de provincias directamente bajo administración senatorial o bajo gestión consular, y también mediante pactos de adhesión como protectorados de estados aliados. Su principal competidora en aquella época fue la ciudad púnica de Cartago cuya expansión rivalizaba con la de Roma y por ello fue la primera gran víctima de la República. Las Guerras Púnicas obligaron a Roma a salir de sus fronteras naturales, la península Itálica, y poco a poco adquirió nuevos dominios que debía administrar, como Sicilia, Cerdeña, Córcega, Hispania, Iliria, etc.

Los dominios de Roma se hicieron tan extensos que pronto fueron difícilmente gobernables por un Senado incapaz de moverse de la capital ni de tomar decisiones con rapidez. Asimismo, un ejército creciente reveló la importancia que tenía poseer la autoridad sobre las tropas, de cara a obtener réditos políticos. Así fue como surgieron personajes ambiciosos cuyo objetivo principal fue el poder. Este fue el caso de Julio César, quien no sólo amplió los dominios de Roma conquistando la Galia, sino que desafió la autoridad del Senado romano.

El Imperio romano como sistema político surgió tras las guerras civiles que siguieron a la muerte de Julio César, en los momentos finales de la República romana. Se alzó como mandatario absoluto en Roma, haciéndose nombrar Dictator (dictador). Tal osadía no agradó a los miembros del Senado romano, que conspiraron contra él asesinándole durante los Idus de marzo en las mismas escalinatas del Senado, restableciendo así la república, pero su retorno sería efímero. El precedente no pasó desapercibido para el joven hijo adoptivo de César, Octavio Augusto, quien sería enviado años más tarde a combatir contra la ambiciosa alianza de Marco Antonio y Cleopatra.

A su regreso victorioso, la implantación del sistema político imperial sobre un imperio territorial que de hecho ya existía, resulta inevitable, aun manteniendo las formas republicanas. Augusto aseguró el poder imperial con importantes reformas y una unidad política y cultural (civilización grecorromana) centrada en los países mediterráneos, que mantendrían su vigencia hasta la llegada de Diocleciano, quien trató de salvar un imperio que caía hacia el abismo. Fue éste último quien, por primera vez, dividió el imperio para facilitar su gestión. El imperio se volvió a unir y a separar en diversas ocasiones siguiendo el ritmo de guerras civiles, usurpadores y repartos entre herederos al trono hasta que, a la muerte de Teodosio I el Grande, quedó definitivamente dividido.

Finalmente en 476 el hérulo Odoacro depuso al último emperador de Occidente, Rómulo Augústulo. El senado envía las insignias a Constantinopla, la capital de Oriente, formalizándose así la capitulación del imperio de Occidente. El imperio oriental proseguiría varios siglos más bajo el nombre de Imperio bizantino, hasta que en 1453 Constantinopla cayó bajo el poder otomano.

El legado de Roma fue inmenso, tanto es así que varios fueron los intentos de restauración del imperio, al menos en su denominación. Destaca el intento de Justiniano I, por medio de sus generales Narsés y Belisario, el de Carlomagno así como el del propio Sacro Imperio Romano Germánico, pero ninguno llegó jamás a reunificar todos los territorios del Mediterráneo como una vez lograra la Roma de tiempos clásicos.

Con el colapso del Imperio de Occidente finaliza oficialmente la Edad Antigua dando inicio la Edad Media.

Fuentes :
http://es.wikipedia.org/wiki/Imperio_romano

La caída "oficial" del Imperio Romano de Occidente

El año 476 los mercenarios bárbaros asentados en el norte de Italia se rebelaron contra el imperio romano, proclamaron rey a su caudillo, Odoacro, y marcharon sobre Rávena.

Allí depusieron al emperador niño Rómulo y dieron muerte a los principales miembros de su corte. En Roma, se persuadió al Senado, que se había transformado en una cámara representativa de los terratenientes más ricos de Italia, para que enviara las insignias de la dignidad imperial de Occidente a Constantinopla y reconociera al rey bárbaro como representante del emperador en la península itálica.

Tanto para los cronistas orientales como occidentales, estos acontecimientos representaron "el fin del imperio romano de Occidente". Muchos historiadores modernos han adoptado ese mismo criterio. La significación simbólica del episodio está fuera de duda: a partir de aquel momento, los emperadores de una Constantinopla que hablaba griego se convirtieron en los únicos herederos legítimos de Augusto y Constantino. Durante algo más de tres siglos nadie compartió el título con ellos. La Romanía occidental se transformó en un mosaico de reinos independientes con una clase dominante de origen germánico, una cultura polarizada por la Iglesia y moldes administrativos y económicos significativamente diferentes. No obstante, este proceso llevaba ya muchos decenios en curso y en él sólo influyeron de manera marginal los acontecimientos de Italia.

Fuente:
http://www.arteguias.com/imperioromano.htm

Caida Del Imperio Romano

El Imperio Romano alcanzó su mayor extensión al comienzo del siglo II d. C y duró 2.000 años. Estaba dividido en provincias, directamente sometidas al control del Emperador y del Senado

A pesar de que en esta época alcanzó su máximo esplendor, existían algunos problemas graves que se fueron ahondando a partir del siglo III d. C. Éstos fueron:

Enemigos externos: Aparecen pueblos que amenazan las fronteras romanas, especialmente los persas en la zona de Mesopotamia y los germanos en el Rin.

Excesivo poder de los soldados: El peligro inminente de los pueblos germanos en la frontera noreste obligó a Roma a mantener en armas un ejército de medio millón de legionarios quienes comenzaron a usar la fuerza para nombrar a los emperadores que les prometían favorecerlos. Esto provocó una gran inestabilidad política.

Gran crisis social: Esta crisis se manifestó principalmente en las provincias más atrasadas del Imperio, cuyos habitantes le exigieron al gobierno la totalidad de los derechos políticos y sociales.

Ruptura del equilibrio económico: El sector de Oriente del Imperio se enriqueció más que el sector Occidental, lo cual provocó problemas dentro del Imperio.

Gran crisis económica: Se elevaron los impuestos y contribuciones. Se ensayó la planificación central y rigurosa de la producción pero sólo provocó el estancamiento generalizado. Aparecen la inflación y el desempleo, el desabastecimiento, el mercado negro y la especulación.

Gran concentración urbana y éxodo rural: Los habitantes del Imperio dejan las zonas rurales y se dirigen hacia las ciudades.

El quiebre definitivo se produjo cuando Teodosio, emperador de origen español, legó el Imperio Romano, al morir, a sus dos hijos. A Honorio le correspondió el Imperio de Occidente, cuya capital era Roma, y a su segundo hijo, Arcadio, el Imperio de Oriente, cuya capital era Constantinopla, siguiendo destinos muy diferentes.

En el año 476 después de Cristo, el Imperio Romano de Occidente sucumbía bajo la presión de los germanos, mientras que el Imperio Romano de Oriente sobrevivió hasta el año 1453 después de Cristo, año en que cayó en poder de los turcos.

Fuente :
http://www.profesorenlinea.cl/universalhistoria/Roma/ImperioRomanocaida.htm

Roma: De la República al Imperio

Desde el siglo II a. C., la actividad política de Roma se transforma para llegar a las guerras civiles. El Estado muy extenso territorialmente era difícil de administrar por las numerosas provincias, y no se podía hacer frente a estos problemas con la estructura de las ciudades- estado, lo que llevó a una y a las luchas armadas desde los hermanos Graco a los triunviros, dentro de las clases sociales y políticas dominantes.

La transformación de Roma de ciudad-estado a un Imperio, fue un proceso largo que comienza con el expansionismo por el Mediterráneo, lo que deriva en una profunda crisis en las instituciones republicanas y la solución es el fin de la República. La instauración de un fuerte poder central y de carácter personal es la respuesta a la división del poder cívico y a la profunda crisis que se vivía en todos los ámbitos, tanto sociales, políticos, militares, económicos, etc. en el Estado romano.

Desde Sila (138-78 a. C.) en adelante, y especialmente con Pompeyo y César se observa la necesidad de reorganizar las relaciones del poder y las provincias. Con la muerte de Julio Cesar queda demostrado que la tiranía no es el método para llevar todo esto a cabo dentro del Estado romano. Una vez muerto Cesar (44 a. C.), Marco Antonio como cónsul lleva a cabo la repartición de las provincias y lo hace junto a Lépido y Dollabella. Sin embargo, con la llegada a Roma de Octavio, sobrino e hijo adoptivo de Cesar, se enfrenta con Marco Antonio derrotándolo en la batalla de Accio en el 31 a.C. Años antes, Octaviano logró que lo nombraran cónsul el año 43 a. C.

Con Octaviano surge la paz y seguridad que el Imperio necesitaba, para lo cual se presenta como un restaurador del orden del Imperio, la que se sustenta en que Roma no debía alejarse de las líneas tradicionales de la república y sus instituciones, gobernado con ellas y no en forma separada. El emperador es un restaurador de la república romana, y niega que él haya instaurado una nueva forma de gobierno. Sostiene que su poder viene de su prestigio.

Los Poderes de Augusto

Augusto estableció los poderes el año 23 a. C. y había dos que eran los soportes del emperador, el imperium y la tribunicia potestas, el primero le daba el mando del ejercito y el segundo, las más altas facultades civiles y administrativas.

Estos dos poderes centralizaban todo en sus manos, y debido a la decadencia de los órganos republicanos y el surgimiento del propio poder imperial, se tuvo que organizar un nuevo sistema con el emperador como centro de poder.

En la figura del emperador se ubica también la administración de la justicia, lo hacía directamente o delegaba en personas que actúan en su nombre, al comienzo coexistía con el sistema tradicional, pero finalmente se destituye, pero se conservaron algunos tribunales del senado, que eran controlados por Augusto y el tribunal del emperador es la última instancia en la jerarquía judicial.

Estos fueron poderes tradicionales que le fueron conferidos al emperador, y que le dieron a este el poder de centralizar el gobierno, en todos los aspectos, en su persona; pero sin olvidar las debilitadas instituciones republicanas. Del mismo modo recibió otros poderes no tradicionales, por ejemplo, en la política exterior, se priva al Senado y a los comicios de funciones propias según la constitución republicana, como la declaración de guerra o la conclusión de tratados.

De esta forma, el Senado perdía autoridad. Todos estos puntos expresados acerca de la relación del Senado con el Imperio, nos muestran como la institución republicana se somete al emperador y su falta de autoridad jurídica; la que en un comienzo podía ser la destrucción de un emperador no puede hacer prácticamente nada en el gobierno, el cargo ya no representa lo que era antes.

Este sistema de gobierno de Augusto fue continuado por su sucesor Tiberio, que rechazó el elemento religioso y le dio más poderes al senado y le quita poder a los órganos populares de la república.

Con Calígula hay un avance hacia una sociedad más burocrática y universal, y se acentúa el carácter religioso de su poder, el emperador era un “dios vivo” y esta imagen fue desechada por Claudio, su sucesor, el impulsor del Estado burocrático, obviamente con la oposición de las organizaciones republicanas.

Y bajo Nerón se termina el conflicto de la dinastía Julio-Claudia con el Senado, y termina con la ruina de las dos. Las dinastías siguientes continúan con la monarquía a pesar de sus deseos de libertad para el hombre, pero también están consientes de que la República ha terminado, y por ejemplo, Nerva muestra que el Principado no solucionará sus falencias con la libertad de los ciudadanos, sino que con buenos gobernantes.

Fuentes:
Historia y Geografía I° Medio. Editorial Santillana

Dinastía Iulia Claudia (Claudios)

Caius Julius Caesar Octavius

El fundador del Imperio, el primer emperador que tras la muerte de Julio César y posteriores luchas internas logró instaurar el Imperio, que llevaría a Roma a ser el Imperio más grande de Occidente.

Nació el 63 a. de C. y gobernó del 27 a. de C. al 14 d. de C. Murió en el 14 d. C. en Nola a causa de una enfermedad. Tuvo tres esposas: Claudia, Scribonia y Livia Drusila, de Scribonia tuvo una hija, Julia.

Tiberio Claudius Nero

El sucesor de Augusto nació en Roma el 42 antes de C., era hijo de Livia y Tiberio Claudio Nero, sobrino pues de Augusto. Tuvo dos esposas, Vipsania Agripina y Julia, hijos tuvo a Nero Claudius Druso con Vipsania y un hijo con Julia, muerto a poco de nacer. Gobernó del 14 al 37 y murió, presumiblemente estrangulado, en Misenum en marzo del 37

Gaius Julius Germanicus

Este es el Emperador más conocido con el nombre de Calígula, debido a unas sandalias que solía usar con mucha frecuencia durante su infancia entre los campamentos de legionarios. Nació en Antium el 12 d. C. y sus padres fueron Germánico y Agripina, la vieja. Tuvo cuatro esposas, Junia Claudia, Livia Orestila, Lollia Paulina y Milonia Caesonia de la que tuvo a Julia Drusila. Gobernó desde el 37 al 41, cuando fue asesinado.

Tiberio Claudio Druso

Nació el 10 a. de C. en Lugdunum, sus padres fueron Druso y Antonia (hija de Marco Antonio), tuvo cuatro esposas, Plautia Urgulanila, Aelia Paetina, Valeria Mesalina y Julia Agripina. Sus hijos fueron Claudius Drusus, con Urgulanila, que murió durante su infancia; Claudia, también de Urgulanila, a la Claudio nunca reconoció, y a Británico y Antonia con Mesalina. Gobernó del 41 al 54 cuando murió, supuestamente envenado

Lucius Domitius Ahenobarbus

Posteriormente, al ser adoptado por Claudio, sería Nero Claudius Caesar Drusus

Este emperador, más conocido con el nombre de Nerón, pertenecía a la Familia Domitia, si bien por parte materna (Agripina, la joven) era descendiente de Augusto. Nació el 37 en Antium, tuvo tres esposas, Octavia, Popaea Sabina y Mesalina y una hija de Popaea Sabina de nombre Claudia. Fue el V y último emperador de la dinastía fundadora del Imperio Romano. Gobernó del 54 al 68, cuando se suicidó ( (Junio del 68)

Fuente :
http://www.profesorenlinea.cl/universalhistoria/Roma/RomaClaudios.htm

Cultura gastronómica en el Imperio Romano

La primera imagen que nos viene a la mente siempre que asociamos el mundo de Roma con la cocina es la suntuosidad. La imagen tradicional de las orgías en las que se servían vituallas como lenguas de flamenco, pulpejos de camello, lirones cebados con castañas, jabalíes rellenos de tordos, etc., todas ellas regadas con salsas picantes, es común en escritos de Petronio, Juvenal o Marcial. Pero esto distaba mucho de la realidad. Es cierto que Mecenas fue el primero en comer carne de mulo, o que el actor Farón, para entretener al emperador Aureliano, comió un cochinillo y un jabalí entre otras cosas. No obstante, los orígenes de la cocina latina fueron humildes y austeros.

Hasta el siglo II a.C. la cocina romana se basaba en alimentos básicos: el pulmentum o papilla de mijo, cebada o guisantes, el queso de leche de oveja, la carne de cordero hervida, la col, las habas, etc. Las frutas también ocupaban un lugar importante: las manzanas, los albaricoques importados de Armenia, los melones traídos de Persia, higos y dátiles. Fue a principios del siglo II a.C. cuando los romanos entraron en Asia Menor y descubrieron el refinamiento de las cortes griegas de Oriente. A partir de este momento, la preparación de las comidas, según Tito Livio, se hizo larga y costosa. Los servicios de los cocineros, trabajo hasta entonces desempeñado por esclavos, se comenzaron a pagar muy caros.

Son dos los escritores que más y mejor constancia han dejado de la comida y de las tradiciones culinarias en la época romana. Por orden cronológico, Marco Gavio Apicio (Caius Apicius), nacido hacia el 25 a.C., autor del libro de recetas De re coquinaria libri decem (Los diez libros de cocina), constituyó una obligada referencia durante varios siglos. Los títulos, escritos en griego, de los diez libros de Apicio, son los siguientes:

1. Epimeles. Reglas culinarias, remedios caseros, especias.
2. Artopus. Estofados, picados, etc.
3. Cepuros. Hierbas que sirven para cocinar.
4. Pandecter. Generalidades.
5. Osprión. De las verduras.
6. Tropherter. De las aves.
7. Polyteles. Excesos y exquisiteces.
8. Tetrapus. De los cuadrúpedos.
9. Thalassa. Del mar.
10. Halieus vel halieuticon. Del pescado y sus variedades.

Apicio estuvo considerado como un refinado conocedor y también, como un gran despilfarrador. Se hizo notar por sus extravagancias y por sus gustos caros. Al parecer, inventó un procedimiento para cebar a las truchas con higos secos, con el fin de engordar su hígado; así como unas recetas de lenguas de flamenco o de ruiseñor, de pezones de cerda y de numerosísimos pasteles y salsas. Ateneo relata que fletó un barco para comprobar si las quisquillas de Libia eran tan grandes como se decía. Decepcionado, ni siquiera bajo a tierra. Gastó toda su fortuna en suntuosos banquetes hasta un día en que, al contar lo que le quedaba, prefirió envenenarse a reducir su tren de vida.

Aunque se le ha considerado como el primer ordenador de la cocina romana, tuvo precedentes en la misma Roma, como Ambivio y Macio. Los diez libros De re coquinaria que nos han llegado con su nombre son, sin duda, una reelaboración de una obra suya efectuada en el siglo IV d.C., escrita de manera muy incorrecta y próxima a la lengua hablada.

El siguiente punto de referencia de la culinaria romana es Petronio, el llamado árbitro de la elegancia en tiempos de Nerón. Su Satiricón es la plasmación más objetiva de la vida romana en aquel tiempo. Es la narración, hecha por un hombre disoluto llamado Encolpo, de sus andanzas en compañía de dos hombres tan poco escrupulosos como él. La escena que se nos ha conservado transcurre en varias ciudades de la Italia meridional. El episodio más importante nos describe ampliamente un festín ridículo en casa de un liberto riquísimo, Trimalción.

Esta novela ha servido para que sepamos con exactitud cómo se disponía una mesa y cuál era el ritual y las partes de un típico banquete romano. El triclinium o comedor tiene una importancia capital en el Satiricón. Era una sala con tres lechos, en torno a una mesa de la que todos se servían. Los comensales se recostaban sobre el brazo izquierdo y comían con los pies descalzos. En cada uno de los lechos se instalaban tres personas en sus respectivos lugares de derecha a izquierda: lecho superior, medio e inferior.

Las casas romanas poseían por lo menos dos triclinium, de verano y de invierno, según la dirección del sol. En la casa de Trimalción hay varios triclinium.

La cena de Trimalción pasa por ser un ejemplo de las cenas clásicas romanas. Ocupa en el Satiricón una gran extensión. La cena se abre con la ablución de las manos después de haber salido del baño en las termas. Viene a continuación la gustatio o entrada de aperitivos. La cena propiamente dicha, summa cena, constaba de cuatro platos o servicios, y era regada con vino abundante. Se terminaba con la secundae mensae o postre, consistente en manjares condimentados secos para favorecer la bebida, que al final era muy copiosa. Se ha de advertir que los romanos bebían el vino puro merum, mezclado con agua caliente y especias. El vino puro sin mezcla, lo reservaban para las libaciones religiosas.

La cena romana se desenvuelve dentro de una etiqueta formada por costumbres inmemoriales, tales como meditar sobre la muerte, ofrecer regalos y pequeñas sumas de dinero, libaciones a los dioses Lares, etc. A los postres se debatían temas filosóficos o literarios y se recitaban versos. Los invitados se perfumaban y coronaban de flores, y se cantaba.

Para hacernos una idea del culto a la comida exótica, cabe destacar una cita del Satiricón que alude a la aparición, en un momento dado del banquete, de una fuente con los doce signos del Zodíaco dispuestos alrededor. El cocinero había colocado sobre cada uno de ellos un pequeño manjar: "...sobre Aries, garbanzos que semejan el carnero; sobre Tauro, un trozo de buey; sobre Géminis, criadillas y riñones; sobre Cáncer, una corona; sobre Leo, un higo chumbo; sobre virgo, una vulva de cerda joven; sobre Libra, una balanza en uno de cuyos platillos había una tarta y un pastel en el otro; sobre Escorpio, un pececillo marino; sobre Sagitario, un caracol; sobre Capricornio, una langosta de mar: sobre Acuario, un ánade; sobre Piscis, dos mújoles. El centro estaba cubierto de césped, sobre cuya hierba había un panal de miel..."

Como podemos apreciar, gran parte de la actual cultura culinaria mediterránea tiene sus orígenes en el antiguo Imperio Romano.

Fuentes :
http://www.terra.es/personal/aiolozil/revista/revzap2/art002.htm

Las clases sociales en el Imperio Romano: Patricios, Plebeyos Nobles y Plebeyos Caballeros

La civilización romana es una de las más complejas sociedades de la historia universal. Dada su extensa duración (desde el siglo VIII a. C. hasta el siglo V d.C) los historiadores han dividido la Historia de Roma en distintos períodos históricos: Monarquía, República e Imperio. Hoy les propongo internarnos en los años de mayor esplendor del Imperio Romano (s. I y II a.C.), pero alejándonos de los grandes personajes, para tener una idea más global de cómo estaba compuesta esta sociedad.

La sociedad romana estaba dividida en distintas clases, con diferentes derechos civiles y políticos y también diferencias económicas. Veamos, entonces, cuáles son los principales grupos sociales y algunas de sus características más relevantes:

Los Patricios:

Se denominaba Patricios a las familias más antiguas de Roma, quienes formaban una aristocracia de propietarios de tierras. Poseían todos los privilegios tanto fiscales, como judiciales, políticos y también culturales. Eran ciudadanos de pleno derecho

Los Patricios:

Así se denominó en la Roma primitiva a todos aquellos que estaban por fuera del grupo de los Patricios. Originalmente carecían de derechos, pero a través de siglos de luchas sociales se les fueron reconociendo derechos similares a los de los Patricios. Entre ellos el de ser Ciudadanos Romanos, a elegir representantes y a tener sus propias instituciones políticas.

Entre los plebeyos había grandes diferencias económicas, por lo que dentro de los denominados Plebeyos se pueden distinguir los siguientes grupos: nobles, caballeros y clientes.

Nobles: eran los plebeyos más ricos, que se igualaban a los patricios por su fortuna y por ocupar los cargos políticos más importantes.

Caballeros: eran plebeyos con una fortuna intermedia, que obtenían por sus trabajos como comerciantes, agricultores o profesionales, llegaban a ocupar cargos políticos de mediana importancia.

Estos tres grupos sociales conformaban el sector más favorecido política y económicamente en la sociedad romana. En contrapartida, otros grupos sociales se encuentran en menores condiciones económicas, siendo los estratos más bajos de la sociedad romana, para los que haremos un apartado especial en nuestro siguiente artículo.

Fuente :
http://sobrehistoria.com/las-clases-sociales-en-el-imperio-romano-patricios-plebeyos-nobles-y-plebeyos-caballeros/